miércoles, 20 de mayo de 2009

CATALOGACION DE OBJETOS EN EL MUSEO DE LA REFINERIA
Dos alumnas del Centro de Estudiantes de la Escuela Superior de Museología, están trabajando en la catalogación del Museo Itinerante del Barrio de la Refinería. Es una experiencia piloto, para poder ensayar catalogaciones más importantes en el futuro, sobre todo para desarrollar criterios propios de accesibilidad del material museístico.
Este museo se formó mediante la donación desinteresada de viejos objetos del barrio y de la Refinería Argentina,
fotos, vestigios ferroviarios y fabriles, diarios, revistas y publicaciones de este sector de la ciudad. Ha realizado más de cincuenta exposiciones, y está declarado de interés cultural, tanto por la Municipalidad de Rosario como por el Concejo Municipal. Ha recibido subsidios para realizar trabajos y actualmente está en trámite su personería jurídica.
No posee sede ni muestra permanente, sino que realiza muestras que se llevan a diversos lugares de la
ciudad, sobre todo en las escuelas del barrio.
Dispone de un lugar donde funciona su depósito, en calle Vélez Sársfield al 500, que es donde se desarrollan las tareas.
Suele facilitar material a investigadores y estudiantes; anualmente organiza unas Jornadas de Historiadores y Cronistas barriales; y bimensualmente una reunión de historiadores barriales, con tema libre. En estas actividades cuenta con el auspicio y colaboración del Centro Cultural Cine Lumiere. Podés ver su blog en http://museorefineria.blogspot.com/ y allí ver los artículos y actividades que desarrolla.
Su acervo tiene muchos problemas de conservación y sobre todo, se ignoraba cuántos objetos poseía, ya que por su carácter popular, las donaciones son muy frecuentes, y simplemente se guardaban los objetos en cajas comunes.
Así, el mismo museo "ignoraba" el material que tenía. Muchos objetos fueron guardados en forma apresurada, y si bien están en buenas condiciones, no fueron utlizados ni estudiados, quedando en sus cajas a la espera de su "descubrimento". Esto ocurrió, por ejemplo, con papeles laborales de un empleado tranviario de 1923, monedas coloniales, soldados de plomo, documentos varios y muchas revistas, objetos que, tal como fueran donadas por sus antiguos propietarios, fueron depositados en cajas para su conservación elemental, y sólo someramente rotulados.
La condición de popular, y de estar atendido voluntariamente por vecinos del barrio, hace que el tiempo que se le puede destinar sea muy escaso.
Atendiendo a esto, se decidió ordenar el patrimonio, catalogándolo, con la ayuda de estudiantes de museología.
Las alumnas María Laura Yanno y Anabela Rivolt están encargadas de esta fatigosa tarea. La coordinación fue realizada por Jorgelina Bernasani, Gustavo Fernetti, y Angela Tasca.
El trabajo en sí consiste en la marcación de los objetos del acervo, la catalogación del material periodístico y gráfico, compuesto por revistas y libros, y en el imprescindible diseño, sobre todo, del sistema alfanumérico de catalogación.
En este trabajo, se dio prioridad a las colecciones, las cuales son donaciones completas de vecinos, como es el caso de los papeles de archivo de un vecino del barrio inglés; el instrumental de una peluquería ya desaparecida; un conjunto de cincuenta revistas Caras y Caretas; una colección de cartas completa; otra muy compleja de postales de todo tipo; y un número no especificado de juguetes, fotografías, monedas, papeles y planos del barrio. Son muy numerosas las revista
s de los años 60 al 70, y las secuencias de revistas referidas a la Guerra de Malvinas y los años del Proceso Militar. Algunos objetos son únicos, como un ejemplar de boleta electoral de 1916 para el primer sufragio bajo la ley Sáenz Peña, volantes del grupo Montoneros entre otras "rarezas".
Las colecciones se generaron no desde el coleccionismo tradicional, sino desde las historias de vida, por lo que es importante su conservación como unidades representativas.
Era imprescindible una catalogación que refiriera tanto la colección como el número individual del objeto y en lo material, las características del mismo.
La forma de catalogar se diseñó privilegiando la colección antes que una numeración correlativa pura, y consistió en dar número al grupo de objetos donados en forma conjunta, y luego a cada componente de la colección. Se evitó así desmembrar cada colección, y a la vez poder hallar fácilmente el objeto en el depósito y en el listado de accesibilidad.
Cada objeto se catalogó además mediante números y letras clave, que permitiesen una agrupación “virtual” por tipo de objeto, por fecha, por colección o por cantidad.
La metodología de marcado consistió en seguir pasos atendiendo a la conservación, dividiendo los objetos en materiales tipo: madera, metal, vidrio, cerámica, tela y papel. Dada la característica de los objetos, casi todos de uso cotidiano, se pudo tipificar de esta manera, y mediante sólo tres materiales de marcado y tinta china, se consiguió una marcación estable, segura y rápida. Aquí al lado se ha esquematizado las capas del marcado, las cuales se realizaron mediante técnica simple de pincel y estilógrafo.
Los tres tipos de marcado se corresponden a objetos de metal, de vidrio y cerámica y de madera, cambiando sólo la imprimación de base.
Para el marcado sobre metal crudo sin decorar, como el de objetos enterrados, herramientas, y todo objeto de hierro, bronce, aluminio, fundición, etcétera, que no resente decoraciones añadidas. Se opta por colocar un label de acrílico blanco, como única imprimación, sobre éste se escribe el número de catálogo y se ´protege el conjunto con laca nitrocelulósica (esmalte de uñas).
El método para vidrios y cerámicas, consiste en aplicar una imprimación de laca para poder aplicar el acrílico luego, el número y finalmente la protección. la imprimación se debe a que el acrílico "rebota" sobre los vidriados.
Para maderas crudas, objetos decorados mediante pintado o aplicación de dorados, se optó por una imprimación "blanda" de P.V.A, y luego repetir el procedimento, sólo que en este caso la protección no debe sobrepasar el conjtorno de la imprimación. Se justifica esta imprimavción porque es menos adherente que la laca en objetos compuestos por fibras o de posible desprendimento, además de no penetrar en la superficie, cosa que ocurre con el solvente de la nitrocelulosa.
Los tres tipos de marcado son fácilmente reversibles con agua, alcohol o acetona, de acuerdo a cada material, indicándose el alcohol como el menos agresivo en general. Al "lavar" el marcado en caso de restauración, por ejemplo, el líuido d elavado se lleva "todo el paquete", que está anclado en la imprimación, la cual es el ínico contacto con la superficie del objeto.
El esquema de numeración estaba formado por una sigla compleja.
Damos un ejemplo de número de catálogo:
MBR-J-1-022
Para este ejemplo, el primer código MBR es el identificatorio del museo y asegura su propiedad; el segundo, J, la tipología “juguetes”. El primer número 1 refiere a la colección a la que pertenece el objeto, el cual queda definido con el último número 022. En caso de objetos compuestos, o repetidos, se añaden más cifras al final del código separados por guión o barra, respectivamente.
El material de marcación fue lo más "neutro" posible. Para ello, se colocó una imprimación, y sobre esto se aplicó un label de pintura acrílica de buena calidad pigmentos blancos y polimerizados disueltos en PVA). Sobre esta capa opaca, se rotuló el número cifrado, que se cubrió para su protección, con PVA o esmalte nuevamente. Los números de catálogo se ubicaron en partes poco visibles, si bien se eligió el blanco para posiblitar su ubiación en la pieza. Se trató de equilibrar la invisibilidad para la apreciación en exposiones, con alta visibilidad para la catalogación. Sólo en caso de objetos específicos, donde era imposible "ocultar" el número, se optó por un label de color oscuro. Las fotos, revistas y postales se marcaron el lápiz al dorso, o bien en sobres transparentes de guardado, como se hará en el caso de las monedas.
A la vez que son marcados los objetos, se confecciona de forma simultánea una planilla provisoria base EXCEL, para usar programas más avanzados en ocasiones futuras. Se van volcando a las planillas más contenidos, como material, particularidades, datos, condición, etcétera.
Todos los objetos, sean libros, revistas fotos, u objetos tridimensionales, seguirán la misma catalogación, agrupándolos por colección y característica. Se catalogan aproximadamente 20 objetos por jornada de 4 horas una vez a la semana, o bien sesenta revistas; este promedio hace que se espere un lapso de diez semanas para catalogar todo el acervo, el que se calcula en unos 1000 objetos de todo tipo.
Este trabajo es de suma utilidad para el museo, porque permite saber en qué consiste su patrimonio, y así poder disponer de él más fácilmente, tanto por los encargados del museo como para los vecinos e investigadores.
Las técnicas de marcación se efectuaron de acuerdo a los criterio de la Lic. Paulina Harari Nahem y la Lic. Olga S. F. de Sánchez de la Vega, en su trabajo MARCACION DE OBJETOS MUSEOLOGICOS - ACTUALIZACION, publicado en el Segundo Encuentro Nacional de Directores de Museos (ENADIM), Secretaría de Cultura de la Nación. Dirección Nacional de Museos. Paraná, diciembre de 1985. Para ver el trabajo de estos autores, ir a la página:

martes, 5 de mayo de 2009

COLECCIONANDO ALJIBES

La cátedra y el CEM se ha propuesto una actividad práctica consistente en realizar una exposición sencilla, en la cual se expondrán fotografías de aljibes de Rosario y la región.

El objetivo de esta actividad es, por un lado, ver los problemas básicos de un montaje, pero también la posiblidad de lograr un resultado conjunto.
¿porqué aljibes? porque son objetos en extinción, que se encuentran amenazados por las demoliciones y se constituyen ya en una rareza: por lo tanto, son patrimioniales, inicialmente desde un sentido de la escasez. Además, representan una tecnología propia del siglo XIX (e incluso antes). Es por ello que se convierten en objetos interesantes, representativos de los modos de vida antiguos, y susceptibles de un "rescate" cuanto menos simbólico.

Todos los que deseen participar, deben enviar fotografías de aljibes de Rosario, la región o toda la Argentina, con la condición de que sean fotos digitales de gran resolcuión o en su lugar escanados de calidad, en caso de fotos papel.

La resolución indicada es de 200 o 300 mpx; o lo máximo que suministre la cámara.

No necesariamente deben ser bellos u ornamentales, pueden ser incluso ruinas, vestigios, aljibes sencillos de campo, o simplemente el aljibe que nos cause alguna impresión estética o emotiva. No deberá ser obtenido por reproducción o bajado de internet, para darle un toque original a la producción, claro...
Cada foto se corresponderá a 1 (un) aljibe, pudiendo el autor suministrar las fotos de uno o más de estos objetos, fotografiados siempre con una perspectiva personal e interesante. Se recomienda que la foto describa al aljibe, para poder tener una percepción completa del mismo. Aclararemos finalmente que para un mismo aljibe, fotografiado por dos autores, se tendrá en cuenta el autor que primero haya suministrado la foto.
Las fotos coleccionadas se imprimirán en papel, y se montarán en un soporte de cartón. Las imágenes llevarán el nombre del autor de la fotografía y el lugar donde se halló el objeto.
Para más detalles, o dudas, pueden dirigirse a la cátedra o al Centro de Estudiantes, que ha elaborado una ficha proyectual.
También allí se indicará la forma más adecuada de entregar el material fotográfico, de acuerdo a la disponiblidad tecnológica de cada uno.
La exhibición se gestionará para su montaje en el centro de Distrito Norte Villa Hortensia (que posee un aljibe...)
Ojalá quieran y puedan participar.