domingo, 7 de junio de 2009

El 29 de junio se realizó el primer TALLER DE LAS 4.
El tema a tratar fue acerca de la “legitimidad de la restauración”.
En el taller, se trató de comprender los límites de la intervención en objetos o fragmentos de ellos, los criterios que pueden desarrollarse y la necesidad de contar con herramientas conceptuales diversas para poder encarar tan complejo tema.
Inicialmente, se proyectó un powerpoint, en el cual se podían ver “objetos” ( de museo y arquitectónicos) a restaurar, pero algunos de ellos presentaban características particulares, como pátinas, vestigios de uso, marcas, que de ser eliminadas, se obtenía la desaparición de los aspectos históricos relevantes del objeto en cuestión.
Si bien no se hizo referencia a los aspectos normativos de la restauración, si se relató brevemente la historia conceptual del restauro.
Sandra Escudero propuso a reflexión la “paradoja del Barco de Teseo”, la cual refiere acerca del barco del mítico héroe griego, que por el paulatino deterioro va reemplazándose pieza a pieza a lo largo de generaciones, hasta no tener material original alguno. Se podría entonces dividir los criterios en “esencialistas” y “materialistas”, desde cada uno de los cuales podía argumentarse acerca de la realidad o no del barco restaurado de este modo.
Con este conocimiento inicial, se trabajó el concepto de “cuándo restaurar” y “si es deseable siempre la restauración”.
Se partía de la dificultad de restaurar cuando pueden perderse valores esenciales del objeto, tema clave, por ejemplo, en la restauración de edificios u objetos cuyo material evidencia el tiempo transcurrido.
Después de haberse distribuido fragmentos arqueológicos y de objetos antiguos, junto con la Carta de Restauro vigente (1987), se trató de llegar a un resultado crítico y a la vez reflexionado acerca de “qué hacer”.
Los resultados fueron sorprendentes, puesto que se recomendó vivamente la no restauración, aún cuando es uno de los trabajos más deseados en el “imaginario museológico”, por su alta especialización. Se recomendó en su lugar la conservación, manteniendo cánones “ruskinianos” (1), tratando como valiosos los aspectos históricos evidentes en los fragmentos presentados.
Un resumen, preparado por una de las participantes, será próximamente publicado en el blog.
Recordamos que estos talleres se realizan en el Invernadero del Museo de la ciudad, un viernes por mes, de 4 a 6 de la tarde.
El próximo taller versará acerca de pautas concretas de montaje museográfico.
Nota:
1- La obra de Ruskin se enmarca en la crítica artística, rebelándose contra el los resultados sociales de la sociales del industrialismo. Formuló la teoría de que el arte es algo espiritual y alcanzó su máximo en el gótico , con un estilo de inspiración religiosa y de fuerte implicancia moral.
Su criterio en restauración abarca lo que se denomina "belleza de la ruina" , la cual es en sí un fin estético y sobre todo, romántico. Por ello sostenía en restauraciòn la mínima intervención, ayudando solamente a la conservación de los edificios antiguos, mediante una táctica puntual de rescate, consistente, en general, en la invisibilidad de los medios empleados, ya que debían interferir lo menos posible en la percepción de la obra.