La cartela surge en los museos al considerar al público como destino final del objeto, una vez pasado (y abandonado...) por la investigación de los científicos y eruditos.
La cartela resumía, y resume, la esencia científica del objeto: nombre, clasificación, estilo, técnica, material, número de registro, suelen ser las informaciones más frecuentes.
Las características de la cartela - a nuestro jucio -, para asegurar su eficacia visual, deberían ser:
El tamaño de la cartela no debe "competir" con el objeto. Un tamaño recomendado es el que no supere el 5% al 10% del área visible del objeto en proyección plana sobre un plano vertical.
Fondo del texto blanco o de color claro, tonalidad similar al gris 30% como máximo
Letra de altura mínima de 5 mm. a distancia máxima de 30 cms.
Color del texto negro o muy oscuro
De ser posible la fuente debe ser del tipo Arial, o tipografía no artística y sin serife.
La información debería estar distribuida evitando la confusión, lo más adecuado es un formato en lista.
Se debe ser cuidados al agregar gràficos en la cartela, se recomienda agregar un fondo completo independiente con la infografìa que corresponda.
Las cartelas no son "La" información, sino "Una Determinada Información". Detener la investigación del objeto cuando puede confeccionarse la cartela es abandonar la riqueza conceptual del patrimonio.