martes, 3 de marzo de 2009

COMO USAR EL COLOR EN EXPOSICIONES (1)
Solemos tenerle miedo a usar el color en exposiciones. Muchos alumnos (y profesionales) piensan que la exposición, para asegurar su éxito, debe ser diseñada en blanco y negro.

¿A qué se debe esto?
La apreciación de los colores es cultural.
Los colores denotan algo, y la influencia de, por ejemplo, la vestimenta o la pintura en que se pintan las casas, en lo que solemos llamar “diseño” es notable. Es muy frecuente la ropa en colores “apagados”, y las casas de pintan en tonos desaturados: blanco, gris, beige, gris “perla”. El color, en estos casos, suele ser un detalle en la pintura o la vestimenta.

Los diseñadores de muestras que recién comienzan, suelen creer que pueden elegir los mismos colores de la ropa que usan (por ejemplo) creyendo que así no harán una mala exposición, al menos en su faz cromática. Para esta forma de pensar, la gente aprobaría una exposición en la gama de los grises, y rechazaría otra con colores “chillones”. Las imágenes que ilustran este artículo son de la misma muestra, donde puede verse el contraste de decisiones.

Para comenzar a elegir colores para una muestra, debemos reconsiderar la apreciación que tenemos de ellos, sabiendo que el color está a nuestra disposición, como recurso, y no estamos obligados por él. Van algunos puntos que creemos útiles:

Nosotros elegimos los colores, no ellos a nosotros. Nosotros decidimos.
Pensemos el negro y el blanco como dos colores más, y no los mejores.
Si tenemos un contraste en los conceptos, por ejemplo, antes-después o viejo-nuevo, contrastemos colores distintos, pero que éstos no sean obligadamente blancos y negros.
Fijémonos en el color que tiene el objeto, y veamos cómo se ve opuesto a diferentes colores.
Pensemos un color para cada objeto o concepto, y cuál sería conveniente como contexto. Y sobre todo, porqué.
Si no podemos “huir” del bicromatismo, pensemos en otra dualidad de colores, por ejemplo verde y ocre, o amarillo y naranja.
O cambiemos colores hasta hallar el que creemos más adecuado.
Pensemos en el efecto cultural de los colores (qué significa para nosotros) el verde loro, el amarillo patito o el rojo sangre. Pensemos mejor esos colores como verde y amarillo saturados, o rojo bermellón. Una alternativa es llamarlos de acuerdo a la paleta de colores Pantone, o comerciales, como suelen hacer los arquitectos.
Pensemos que los elementos adicionados eventualmente al color, como los objetos, las imágenes o los textos cambian inevitablemente la percepción del color.
Es muy útil conseguir un muestrario de pinturas, nos evita imaginar los colores o llevarnos por “ese color que yo no usaría (¿en la ropa?)".

Finalmente, el mundo es en colores, y extrañamente, el negro y el blanco son bastante escasos en él.