miércoles, 25 de febrero de 2009

LA ILUMINACION EN EL MUSEO
El principal recurso museografico con que contamos es la luz. Bajo este rótulo se engloba el color, que es una forma de energía lumínica. Sin luz no hay exposición visible, y nadie podría ver lo expuesto.
Pero no vamos a hablar de física, sino de las maneras de iluminar una muestra
Hay nueve formas específicas de iluminación, cuyas característcas describiremos:
Iluminación general: cuando el sistema de luminarias ( o sea los artefactos de iluminación) suministra un flujo homogéneo a todo un ámbito o sala. este tipo de iluminación es importante a fin de provocar la ubicación dle público en la exposición, y que de un solo vistazo puedan ubicarse los componentes de la exposición.

Iluminación puntual, particular o de detalle: cuando se ilumina un objeto, aisladamente. Puede o no ir acompañada de iluminación general. Al ocurrir esto, el "dramatismo" se diluye un poco, pero a veces debe combinarse ambas iluminaciones para no crear huecos oscuros que pueden dificultar la circulación. Sin embargo, varias iluminaciones puntuales pueden crrear un clima de iluminación general suficiente.

Baño de pared: es la iluminación completa y homogénea de un paño de muro donde se exponen obras u objetos. Es adecuada sobre todo para objetos planos como pinturas o imágenes. Deben calcularse muy bien las áreas iluminadas por cada artefacto para evitar sobreexposiciones.

Transiluminación: consiste en luminar desde atrás imágenes, textos o figuras translúcidas, de manera de generar una iluminación de detalle. La fuente de luz debe ser lo suficientemente luminosa para atraer la atención, pero no demasiado para deslumbrar, cosa que en general sucede.

Iluminación rasante: es la que se realiza en un plano paralelo a los objetos iluminados. Útil para marcar relieves de piedra, esculturas, etcétera. Un ejemplo actual de esta iluminación es la usada en el Monumento Nacional a la Bandera. De marcado dramatismo, este tipo de iluminacion debe estar muy pensado para no afectar la percepción de la obra u objeto.

Iluminación por refracción: consiste en formas particulares de destacar textos o dibujos lineales, los cuales se graban en acrílico. Un tubo fluorescente ilumina la masa del acrílico "de canto". Lo que se ha grabado, al ser opaco, resalta en el fondo transparente del soporte que queda sin iluminar, puesto que conduce la luz. Así, se aprecian las letras del texto o las líneas del dibujo como luminosas, por contraste lumínico.

Por transparencia: consiste en iluminar objetos transparentes, casi siempre de cristal o vidrio, desde abajo, usando un pedestal hueco con un vidrio esmerilado de apoyo. La luz pasa el vidrio esmerilado, atraviesa el material del objeto y choca contra las partes más gruesas u opacas, produciendo un efecto especial. La función del vidrio esmerilado es difundir la luz y ocultar la luminaria.

Ojo mágico: iluminación dramática consistente en recortar lumínicamente, con una pantalla y lente especial, una "ventana" que coincide con el controno del objeto, casi siemrpe un cuadro. Es criticado por su artificiosidad. El objeto aparece como transiluminado, sin deslumbraro, "recortado" del plano de soporte.

Iluminación por contraste: esta forma supone iluminar desde el lado no visible del objeto a exhibir, lo que hace que se recorte contra el fondo. Frecuentemente es este fondo el iluminado. Tiene la ventaja de su espectacularidad, a costa de que el espectador pierda los detalles del objeto en la parte no iluminada. Para evitar esto suele combinarse con iluminación general o puntual, atenuando un poco la espectacularidad.

Algunas características que debe tener la iluminación para los museos:



  • Los objetos iluminados no pueden deteriorarse, calentarse, deformarse o alterarse con la iluminación.
  • Debe tener en cuenta la conservación: rango admitido ( de 150 - 100 lux) y calidad de la luz recibida por los objetos.
    Los objetos no deben percibirse de manera distinta a como son realmente bajo la luz natural.
  • El CRI de la luz debe tender al máximo. El CRI (Chromatic Rendering Index) es la percepción del color, o sea cómo se ven los objetos, el ICR natural, o sea la luz del sol, tiene un CRI 100 . Un CRI de 90 es un rango aceptable para objetos (siempre que no sean obras pictóricas, para ellas CRI mínimo 95-100).
  • Debe ser flexible, porque las muestras no son fijas, el sistema de iluminación debe admitir adicionar o retirar artefactos, regular su posición y ángulo.
  • Debe ser regulable. Existen aparatos que atenúan el flujo lumínico, denominados dimmers.
  • El sistema de iluminación debe ser de fácil mantenimiento y en lo posible bajo consumo.
  • La luz debe valorizar y no deformar el objeto, no darle particularidades que no posee, o tergiversar las intenciones del artista u nobrero que realizó un objeto expuesto.
  • El dramatismo en la iluminación debe justificarse, ya que acentúa las intenciones del curador, y no las del objeto.
La iluminación es parte del lenguaje museográfico, hace que un objeto, texto o imagen expuesto adquiera el valor necesario para su apreciación, insertándolo adecuadamente en la muestra. La iluminación no es un fin, sino una herramenta de trabajo, de representación. Los objetos van a presentarse de forma diferente a su uso normal, iluminándolos y por ende resignificándolos. Esto no quiere decir deformar sus contenidos, sino ponerlos de relieve. Iliminar un conjunto de momias, como se ve arriba es, a nuestro parecer, una forma de morbosidad tecnológicamente reforzada.
Iluminar para exhibir, para mostrar, para señalar. De esta manera, el curador o museólogo tiene una herramienta más para su trabajo, y el público, destinatario final de esos esfuerzos, puede entender mejor el mensaje expositivo.
Para saber más sobre iluminación, y cnsultar el glosario técnico, podés ir a las páginas: