jueves, 26 de febrero de 2009

EL RELEVAMIENTO Y EL REPLANTEO EN LA MUSEOGRAFIA
Cuando hay que realizar actividades expositivas, se debe conocer la realidad espacial del sitio donde va a hacerse la muestra. Sea la sala del museo, o un salón escolar, o el hall de un centro cultural, la toma de datos es fundamental a la hora de proyectar una exposición.

Llamaremos RELEVAMIENTO a la toma general de datos de un lugar expositivo.
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El objetivo del relevamiento es contar con esos datos para el diseño de la muestra, pero también saber en qué horarios va a funcionar, cuánto tiempo permanecerá abierta al público y también qué público concurre al lugar.
Estos datos suelen confundirse con la simple toma de dimensiones, lo cual es necesario, pero no suficiente. Relevar no es sólo medir. Esa toma de dimensiones (medir el ancho, alto y largo del espacio) es relevar solamente una parte de las características del lugar.
Para relevar, debemos tener en cuenta el carácter complejo del espacio: posee colores, terxturas, materiales, tiene una función (por ejemplo, circulación de personas si exponemos en un corredor o pasillo, un horario de apertura y cierre, una persona que posee la llave…
El relevamiento tenderá siempre a ser INTEGRAL. O sea que deberán recolectarse todos los datos posibles: medidas del lugar, colores, formas, detalles, puertas, ventanas, espesores, frecuencias, tiempos, recorridos, funciones. No hay que preguntarse si ese o aquel detalle debe ser relevado: hay que registrarlo, porque aún ni hemos diseñado nada, y ese detalle puede ser crucial.
Para relevar debemos tener instrumentos clave: Los apuntes (libretas cuadernos) y los instrumentos de medición y registro (cintas, metros, cámara).
Se debe registrar metódicamente, de mayor a menor: el local es rectangular, luego mide tanto por tanto, después es de mampostería revocada con piso de madera, después ese muro es de color gris oscuro, el otro es de color blanco.
El dimensionamiento es importantísimo: debe efectuarse con cintas apropiadas, para no hacer en errores de instrumento o de metodología (no podemos medir un salón de 30 m. de largo, con una regla escolar de 20 cms.)
Antes de medir se hará un croquis o bosquejo del local, preferentemente la planta, donde se irán anotando las medidas. Al medir, se debe tomar medidas totales y parciales: la suma de las parciales siempre debe dar el total, de nos es así, hay un error.
Se debe tomar al menos una diagonal en el caso de locales de planta rectangular, para verificar si los ángulos son efectivamente rectos.
Las unidades de medida deben ser uniformes en la medición, no cambiar, porque luego no sabremos si era un espesor de 20 cm. o 20 mm. Ocurre a veces que se debe recurrir a una foto para saber esto…
Cada dimensión relevada se anotará lo más prolijamente posible en el croquis o la planta dibujada, tratando de relacionar lo más claramente posible el dibujo con las medidas de la realidad. Se preferirá borra y no tachar, porque confunde.
Luego de tomadas las medidas, y volcadas al croquis, se anotarán mediante alguna referencia los colores, texturas y materiales, se detallará el dibujo con apuntes, imágenes de saliencias, zócalos, artefactos, instalaciones, etcétera.
No hay que olvidar horarios, contactos del personal a cargo, tipo y frecuencias de uso, incluso el organigrama interno si es una institución ajena. Se tomarán datos acerca del público referente o concurrente, y en resúmen todo lo que consideremos necesario. Es mejor que sobren datos a que falten.
Es un inconveniente (que habla muy mal de nosotros) tener que volver al lugar porque no sabemos qué es eso que se ve en la foto y no registramos… O no saber los horarios del local, por ejemplo, o a qué hora cierran. Muchas veces se han dejado exposiciones "en la puerta" por no saber que el sábado, el Museo Doctor Mengano, no abría jamás.
Una vez retornados al lugar de trabajo, se hará la planta, vistas y cortes definitivos en base a lo registrado, y de forma ordenada se irán volcando los datos.
Debe tenerse cuidado en el archivado de la documentación, preferentemente se hará un dossier con el plano y el relevamiento original. Nunca se sabe.
Hecho el diseño, comprado los paneles, vitrinas, embalados los objetos, o sea, planificada la exposición, y trasladada al lugar, debe ubicársela en el sitio que hemos relevado en la posición planificada.
Con los ESQUEMAS y PLANOS DE DISEÑO, iremos al lugar y veremos dónde va cada panel, adónde se ubica cada vitrina, en qué sitio va tal o cual recurso museográfico, a qué distancia de los muros, con qué separación entre ellos.
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La ubicación de los elementos físicos del diseño, o sea, de la muestra en sí, se denomina REPLANTEO.

Podemos decir que RELEVAMIENTO y REPLANTEO son acciones opuestas y complementarias. Opuestas, porque la primera de ellas recoge datos, la otra los aplica, de alguna manera los devuelve en forma de exposición. El RELEVAMENTO recolecta datos de una realidad, el REPLANTEO la transforma.

Son complementarias, porque no hay REPLANTEO sin RELEVAMIENTO, y éste tiene como objetivo lograr un diseño, que sólo el REPLANTEO completa al instalar la exposición en el lugar relevado.